El envasado de galletas: De humilde alimento para viajeros a símbolo de la gastronomía local

Las galletas son un alimento cotidiano que nos resuelve rápidamente un desayuno o una merienda, para acompañar cualquier comida en su versión salada, o como sofisticado postre de sobremesa en ocasiones especiales. Incluso tienen un día propio: el 4 de diciembre se celebra el Día Internacional de la Galleta, para rendir homenaje a la historia y a la dimensión actual de este popular alimento.

Pero esto no siempre fue así. Los orígenes de la galleta son muy humildes. Se trata de uno de los primeros alimentos cocinados: Hace 10.000 años viajeros como comerciantes y marineros ya se dieron cuenta de que si sometían una pasta de cereales y agua a una fuente de calor se convertía en una masa rígida y consistente que les permitía transportarla con facilidad. Los arqueólogos Karl Koerper y Heidi Bournisse encontraron galletas de más de seis mil años envueltas y bien conservadas en unos yacimientos en Suiza.

Ya en el s. XVIII, se empieza a pasar de la elaboración artesana en pequeños negocios a la producción masiva en fábricas.  

A partir de ahí, su expansión ha sido imparable, hasta convertirse en muchos países y regiones en un símbolo cultural y gastronómico: Las galletas maría en España; las galletas nankhatai que se sirven durante el Diwali en la India; las famosas famosas lebkuchen de jengibre de Alemania; la anzac con coco y miel de caña de Australia y Nueva Zelanda, conocida también como «galleta del soldado»; las retorcidas (literalmente) koulourakia de Grecia; las barátfüle húngaras, las coyotas mexicanas, las kleicha de Irak o las speculoos de Bélgica y Holanda, son solo una pequeña muestra de la gran variedad de galletas tradicionales en todo el mundo.

Hasta el día de hoy, donde la casi infinita variedad de sabores, texturas y formas hace que la producción y el envasado de galletas sean un verdadero reto para las industrias del sector. 

Conservación, transporte y reclamo visual: Los principales retos del envasado de galletas 

De la misma forma que las variedades de galletas se han diversificado, los retos actuales del packaging de galletas también van más allá de la conservación y el transporte, aunque éstos siguen teniendo un papel destacado.

  • Conservación de la frescura: Uno de los principales retos del envasado de galletas es garantizar que se mantengan frescas durante un período de tiempo razonable, evitando la pérdida de textura, sabor y calidad.
  • Protección contra daños: Es fundamental que el envase proteja las galletas contra roturas, aplastamientos o contaminaciones durante el transporte y almacenamiento. Es desalentador para el consumidor abrir un paquete de galletas y que estén rotas o desmenuzadas.
  • Reducción del desperdicio alimentario: Al conservar mejor y prolongar la vida útil de las galletas, se minimiza el desperdicio alimentario; esto también implica la gestión adecuada de las fechas de caducidad y los códigos de lote.
  • Innovación y diseño de envases: Actualmente hay una necesidad constante de diseñar nuevos envases para que se adapten a nuevas formas y tipos de galleta y a diferentes formatos de consumo, al mismo tiempo que se diseñan productos atractivos para cada tipo de consumidor.
  • Costes: La selección de los materiales de envasado influye en los costes de producción, por lo que se debe encontrar un equilibrio entre diferentes factores como la conservación, la sostenibilidad, el atractivo visual y la rentabilidad.
  • Regulaciones y normativas: Cumplir con las regulaciones locales e internacionales en cuanto a materiales de envasado, información nutricional, etiquetado y seguridad alimentaria es un desafío constante para los fabricantes de galletas.
  • Sostenibilidad: Hay una creciente demanda de opciones de envasado más sostenibles, como materiales biodegradables o compostables, ya que los consumidores son cada vez más conscientes del impacto ambiental de los envases de plástico convencionales.

El envasado automatizado de galletas, la respuesta a la necesidad de optimización

Los retos expuestos en el punto anterior deben además equilibrarse con una alta capacidad de producción que pueda abastecer la demanda del mercado. ¿Cómo se consigue? Gracias a la automatización del proceso de envasado de galletas, con maquinaria especialmente diseñada para manejar diversos tamaños y formatos, tanto de envases como de productos:

  • Alimentación automática: Las máquinas cuentan con sistemas de alimentación que transportan las galletas desde la salida del horno a la estación de envasado o embolsado de manera continua y constante.
  • Envasado: Lo más habitual es envasar las galletas para su distribución, ya sea en bandejas que después se colocan en envases tipo flowpack, o envasadas directamente en flowpack, que posteriormente se introducen en estuches. Este proceso lo realizan líneas de robots equipados con visión artificial, que a una velocidad significativa recogen las galletas individualmente o agrupadas y las colocan tanto en bandejas como en la cola de la flowpack, en posición horizontal o vertical.
  • Estuchado:  El estuchado se puede realizar mediante carga top-load o side-load, utilizando robots Delta para lograr una colocación eficiente de bandejas o paquetes de galletas en los estuches. 
  • Encajado: Una vez que las galletas están envasadas y/o estuchadas, el proceso concluye con el encajado realizado por máquinas encajadoras, que pueden colocar el producto tanto en posición horizontal como vertical.

Conservar la integridad del producto, un factor esencial en el envasado de galletas

Otra de las claves del envasado de galletas es que se trata de un producto delicado, cuya textura se debe manejar con delicadeza para conservar su integridad y, por lo tanto, su calidad. ¿Cómo se consigue? Gracias a la combinación de tecnologías de alta precisión, que permiten el envasado de diferentes tamaños y formatos con rapidez y una increíble eficiencia. 

  • Construcción robusta: Es fundamental que las máquinas cuenten con una construcción sólida y duradera, que incluya una estructura abierta para facilitar las tareas de limpieza, mantenimiento y acceso a la línea de producción. La versatilidad en cuanto a los acabados, ya sea en acero inoxidable o pintura, permite una mayor capacidad de personalización según las necesidades específicas de cada cliente. Además, es crucial que estas máquinas operen sin vibraciones, lo cual se logra gracias a la alta calidad de sus componentes.
  • Flexibilidad de la robótica: La flexibilidad de las pinzas de los robots es esencial en el envasado de galletas. Estas pinzas, mecánicas o de succión, deben estar diseñadas para ajustarse a diversos formatos y tamaños de las galletas. 
  • Tecnologías de visión: La aplicación de cámaras y sensores ópticos son fundamentales para el reconocimiento y detección de las galletas a medida que avanzan a lo largo de la línea de envasado. Estos elementos aseguran el correcto envasado de los productos y envases.
  • Variedad extensa de productos: La diversidad de formas y tamaños, tanto de las galletas como de los envases, requiere equipos versátiles capaces de adaptarse fácilmente a cada formato sin comprometer la calidad del producto final. 

Nuestros sistemas de envasado han sido diseñados para asegurar que cada galleta se presente en su mejor forma, conservando tanto su calidad como su textura e integridad, y todo ello a una velocidad que se ajusta a las demandas productivas del sector.

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